17.1.17

Pablo Milanés en Perú 2017, en un concierto increíble!!

Este 4 de febrero Pablo Milanés vuelve a iluminar con su presencia y su voz a una Lima que lo ha esperado por dos años. 
Desde este espacio estamos felices y esperando el 4 de febrero para asistir al encuentro con el maestro.
Las entrada están en Teleticket , la presentación será en el Teatro Nacional lo cual promete un espacio realmente a la altura del concierto.
Que venta Pablo, que venga la música y esa Cuba que el representa.  
¡Nos vemos en el concierto!

4.12.14

Pablo Milanés en Lima - 2015 (21 de marzo)

PABLO MILANES - RENACIMIENTO

Su nombre es sinónimo de sentimiento y poesía hecha canción. DEA Promotora se complace en presentar al cantautor cubano de reconocido prestigio y trayectoria Pablo Milanés en el Gran Teatro Nacional el próximo día 21 de marzo de 2015.

Será una noche inolvidable para los seguidores de la música y letras de Pablo Milanés, uno de los máximos exponentes de la música cubana y uno de los creadores de la “nueva trova” que presentará su espectáculo “Renacimiento”, nombre con el cual bautizó también su último álbum que supone un renacer personal y profesional del artista.
El intérprete de grandes éxitos como “El breve espacio”, “Yolanda", “Para vivir”, “Ya ves” y "De qué callada manera", entre otras, nos deleitará con sus temas más reconocidos así como con otros inéditos de su nuevo trabajo, en un concierto único en el mejor escenario de Lima.
El ganador de dos grammys y merecedor de medallas y numerosos reconocimientos en los países que ha visitado con su arte, regresa a Perú renovado y con muchas ganas de reencontrarse con su público.

Link : Teleticket

26.6.14

El cantante cubano Pablo Milanés se somete a un trasplante en el Hospital de A Coruña

Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2014/06/27/cantante-cubano-pablo-milanes-somete/854879.html?utm_source=rss

El cantante cubano Pablo Milanés se somete a un trasplante en el Hospital de A Coruña

El músico, de 71 años, tuvo que entrar en quirófano para una operación de riñón n El artista tiene una estrecha relación con Galicia ya que su esposa es gallega

27.06.2014 | 02:08
El cantante Pablo Milanés durante su último concierto en A Coruña. brais quinteiro
El cantante Pablo Milanés durante su último concierto en A Coruña. brais quinteiro
El músico y cantante cubano Pablo Milanés se encuentra ingresado en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña tras haberse sometido a un trasplante de riñón. El autor de canciones como Yolanda o Yo pisaré las calles nuevamente, que tiene una estrecha relación con Galicia desde que en el año 2004 conoció en La Habana a su mujer Nancy (natural de la provincia de Pontevedra), necesitó entrar en quirófano debido a una enfermedad renal grave.
El artista, que desde hace nueve años vive entre La Habana y Vigo -"aunque más en Cuba ya que mis hijos estudian allí", según reconocía en una entrevista a este diario en marzo de 2013-, confiesa ser un enamorado de Galicia desde la primera vez que la visitó: allá por 1977, de la mano de Silvio Rodríguez. "De Galicia me gusta su gente, su carácter, su geografía, sus bosques y su comida, de las mejores del mundo", confesaba el considerado fundador de la Nueva Trova Cubana durante otra visita a la comunidad.
La de esta semana no ha sido la primera operación para el cantante, nacido en Bayamo (Cuba) en 1943 y con más de 40 discos publicados. A lo largo de su vida, Milanés tuvo que entrar hasta en 22 ocasiones en quirófano debido a un problema de huesos que le provocaba fuertes dolores y que incluso en 2012 le llevó a cancelar su gira de conciertos por España. En esta ocasión fue el mal funcionamiento de uno de sus riñones el que le obligó a volver a someterse a una nueva operación quirúrgica.
El músico cubano fue intervenido en el hospital gallego que realiza ocho de cada diez trasplantes que se producen en Galicia. La comunidad gallega registró un total de 132 trasplantes de riñón durante el pasado año, de los que 108 se realizaron en el Hospital Universitario de A Coruña y otros 24 en el Complexo Hospitalario de Santiago.
El cantante cubano se recupera ahora de la intervención en una tierra que está presente incluso en su música. Un claro ejemplo es la canción El largo camino a Santiago, incluida en su disco Regalo, y que está dedicada a su esposa que es gallega. "Venir a Galicia supone como un regreso a mi casa, siempre que tenemos la oportunidad trato de volver porque me fascina", señalaba en marzo de 2013 antes de su concierto en el Teatro Colón de A Coruña, única actuación que ofreció en la comunidad gallega.
La web del cantante, que a lo largo de su carrera ha publicado más de 40 trabajos discográficos, no incluye ningún concierto en su agenda durante el próximo mes. El artista previsiblemente se tomará unas semanas de descanso.

5.3.14

Pablo Milanés con César Calvo

Viendo a un Danzante de tijeras.


4.3.14

Pablo Milanés: el hijo predilecto del feeling.

Muchas gracias a León Magno Montiel por tan bella nota.

......

"No hay felicidad más grande, que la felicidad de cantar”
 Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927).

Fotos:  Ismael Almeida  / Conciertos de Verano, Teatro Lázaro Peña, La Habana  http://www.milanespablo.com/

Su voz ha llenado los espacios de teatros monumentales, de modestas plazas de pueblo, de anfiteatros universitarios relevantes y de antiguos bares en pueblos marchitos. Muchos lo comenzamos a escuchar casi en la clandestinidad, en precarios cassettes que nos pasábamos de mano en mano con cierto temor, como si se tratara de un peligroso secreto subversivo. Escuchábamos al joven cantor con una tesitura de tenor ligero, un timbre de trovador, poseedor un vibrato que expresa gran emotividad, marcado con el nombre Pablo, que significa “el humilde”. Pablo Milanés nació el 24 de febrero del 1943 en Bayamo, ciudad que quemaran los nativos para no cederla a los españoles, ubicada en el oriente de la Antilla Mayor, en las cercanías de la Sierra Maestra, tierra de caudalosos ríos, la cuna del son.
Pablo fue el surrapo de cinco hijos, muy pequeño escuchaba a su padre cantar, haciendo la difícil segunda voz en las guajiras y sones tradicionales. Eso despertó la intuición musical del niño mulato. A los seis años llegó con su familia a la Habana y comenzó a estudiar en el conservatorio municipal con el sueño de ser pianista. Pero cuando cumplió los 11 años de edad, su madre le regaló la guitarra que marcó su destino, trazó su sendero de cantautor llamado a recorrer el mundo.


                                                Presentaciones de “Renacimiento” en Cuba 21-Dic-2013 /Fotos: milanespablo.com


En la Habana, una megalópolis de las artes, comenzó su densa formación intelectual, comenzaron las lecturas de poesía que influyeron en su talante de compositor: Ceśar Vallejo, Neruda, Nicolás Guillén, Martí y Mario Benedetti. En 1969 entra al Grupo de Experimentación Sonora ICAIC y conoce al maestro Leo Brower, compositor, guitarrista y director de orquesta nacido en La Habana en 1939, egresado con honores de The Juilliard School en Nueva York. Pablo estuvo bajo la tutela del maestro habanero durante cinco intensos años.

A finales de la década de los 60 nació un movimiento musical espontáneo, pujante, con una gran estrella artística, fue llamado La Nueva Trova Cubana. Pablo Milanés, sin proponérselo, lideró el movimiento junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, que marcó a la juventud de cuatro décadas: desde el decenio 1970 hasta la actualidad. En 1965 Milanés ya había publicado su tema “A mis 22 años” donde muestra sus raíces del feeling cubano, que no es más, que el universo bolerístico cubano enriquecido con armonías del jazz. Ese tema fue considerado el pionero del nuevo movimiento neotrovero. Sus maestros del feeling, fueron los líderes de ese movimiento musical-estético nacido en las décadas 40 y 50: César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez, compositores admirados y muchas veces interpretados por Milanés.

Los nuevos trovadores, traían el bagaje de la tradición amorosa cubana, con sus guajiras, los sones, danzones del maestro Barbarito Diez; esa valija de musicalidad la unieron a las nuevas estructuras armónicas. En una entrevista que brindó al historiador argentino Felipe Pigna en el 2011, Pablo admitió que de niño cantaba los sones de Sindo Garay en programas aficionados de la radio. Sindo fue un compositor oriental que lo marcó con su lírica:

“Ella es sensible, le brinda al hombre
virtudes todas y el corazón
pero si siente de la patria el grito,
todo lo deja, todo lo quema,
ese es su lema, su religión”.
(Garay, 1918)

En 1973 Pablo Milanés realizó un álbum que sería su catapulta en todo el continente, “Versos a José Martí” donde participaron músicos de la talla del pianista Emiliano Salvador, el bajista Eduardo Ramos y Frank Bejarano. La producción la hizo su admirada Haydée Santamaría, intelectual y heroína, fundadora de La Casa de las Américas. En su honor, colocó su nombre a una de sus hijas, Haydée Milanés Benet, quien es pianista y cantante de gran talento, de un dulce carisma, ya tiene cuatro álbumes publicados.

A mediados de la década del 70 comenzaron sus viajes a Europa y América del Sur. Pablo y Silvio se habían convertido en los gurúes de una religión musical, sin ayuda de casa editora alguna, sin maquinaria de promoción, sin pagar un centavo en payola o palangre: llegaron con su luz y esfuerzo a todas las naciones de América y Europa. Según testimonio de la novia del feeling, la cantora Omara Portuondo, ella tuvo el privilegio de presentarlos, Pablito y Silvio estrecharon sus manos en el lobby de una emisora que visitaban en La Habana, se sentaron con una guitarra y comenzaron a cantar por horas. Nacieron cientos de concierto juntos, duetos: Pablo hacía la segunda voz como la había aprendido de su padre en Bayamo. En septiembre de 1982, junto a mi esposa Marisela Árraga, tuve el honor de presenciar el concierto de Pablo y Silvio en el viejo aeropuerto de Grano de Oro, sede de la Facultad de Ciencias Experimentales de LUZ, fue un recital memorable al que asistieron miles de estudiantes universitarios. La amistad de los dos trovadores se vio fracturada luego de cuatro décadas de andanzas juntos, por diferencias de visión sobre la coyuntura política que vive Cuba: Silvio increpó a Pablo en el 2003 por negarse a firmar un documento que justificaba algunas críticas a artistas disidentes, le recriminó su pedimento público de cambios al gobierno de Raúl Castro. Pablo le respondió: “Las ideas se discuten y se combaten” y pidió a Silvio aupar los cambios necesarios en la isla. Ahora cuando a Pablo Milanés le preguntan por Silvio en alguna entrevista, pide “no tocar ese tema, cambiar la pregunta.” Sin embargo, Milanés dejó claro que él es hombre de la izquierda progresista latinoamericana, siempre apoyará a Cuba, su querida patria. De momento considera que su reencuentro con el cantor de San Antonio de los Baños: “no está planteado”.
En su son beat “Canto de la abuela” entre nostalgias, recuerda los cánticos y rezos de su abuela en los ocasos de Bayamo, allí proclama: “Y aunque sólo en el hombre crea, admito; que tu canto creció con mi estatura”. Él es un materialista histórico, agnóstico puro.
Uno de los momentos más difíciles en la vida de Milanés, lo vivió cuando fue diagnosticado de síndrome de Legg-Calvé-Perthes, afección que le dañó el fémur y parte de su cadera, causándole un gran dolor y problemas severos de motricidad. Debió someterse a varias cirugías para reemplazar los huesos por prótesis. Estuvo en silla de ruedas, terapias, hasta que comenzó a caminar con dificultad y finalmente superó su mal. En Maracaibo actuó en el Palacio de Eventos desde una silla de ruedas, con una voz impresionante, que él dice cuidar con métodos ancestrales. Esa noche conmovió al público, corrieron lágrimas, por momentos el auditorio se convirtió en una gran coral bajo su batuta.
En una ocasión, convaleciente en el Hospital CIMEQ de La Habana, recibió la visita del comandante Fidel Castro. Luego declaró que el líder le deseó pronta recuperación y le agradeció el haber llevado a un sitial tan alto la música de trova cubana. Según Pablo, fue la tercera ocasión en la que veía al viejo revolucionario, y aunque no presume ser su amigo, entiende su dimensión histórica.
En 1984 al cantante español Víctor Manuel, le produjo una obra colosal, álbum que reunió 20 grandes cantantes iberoamericanos, todos interpretando éxitos de Milanés. Entre otros Miguel Ríos, Chico Buarque, Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, María Belén. Participaron en el histórico proyecto que se grabó en varios países y rompió récord de ventas.
Dentro del universo sonoro que Pablito ha creado, hay astros con mucha luz, como la canción que le hizo a Yolanda Benet, su segunda esposa. Con ella se casó en 1968, es la madre de tres hembras, de los nueve hijos del travador bayamense. Lynn, Suylén y Haydée son sus hijas cantoras:

“Mi soledad se siente acompañada
por eso a veces sé que necesito tu mano
tu mano, eternamente tu mano”.

También a Yolanda Benet le compuso

“Yo no te pido”:
“Yo no te pido que me bajes una estrella azul,
sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz”.


Milanés cree que compone mejor desde el dolor, la desesperanza, en esos momentos de abatimiento la canción es maravilla luminiscente, caudal de vida que le llena el alma. En sus momentos de alegría, no compone: canta, celebra, le gusta cocinar para su amigos, comparte tragos de ron, como buen oriental.
Otro de sus astros sonoros nació cuando recibió la noticia del asesinato de Miguel Enríquez, el líder del MIR chileno, había sido liquidado en las calles de Santiago el 5 de octubre de 1974. A él dedicó:

“Yo pisaré las calle nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes”.

La canción la compuso en 20 minutos y luego tardó 25 años en regresar a Chile a cantarla, tal como lo había prometido: “una vez que salió del poder su asesino, Augusto Pinochet, volví a pisar las calles chilenas”.

Cuando realizó la ansiada gira por los Estados Unidos llenó cada teatro, agotó la boletería en cada ciudad norteamericana. Sólo en La Florida, la comunidad cubana-miamense protestó su presencia, pero igual se llenó el Miami Arena para verlo. En esa ocasión una periodista le preguntaba ¿sus canciones preferidas son las de contenido político? él respondió: “tengo canciones predilectas, aunque no las cante siempre. Una de ellas la compuse en los años 60 “Ya ves”:
“Ya ves
y yo sigo pensando en ti
como ave
que retornará”

Ese tema impresionó a Julio Cortázar, se lo confesó en sus recurrentes viajes a La Habana. Años después Pablo incluyó la voz del escritor argentino en su álbum “Querido Pablo” con su poema “Yo tuve un hermano, no nos vimos nunca pero no importaba”. El tema “Ya ves” también fue grabado por Adalberto Santiago con la Orquesta de Ray Barreto, se convirtió un éxito mundial en el género salsa en 1979, con el sello Fania.

En 2002 publicó su álbum “Pablo querido” donde reunió 19 grandes artistas de todo el continente. El primer track contiene un introito genial en la voz de Gabriel García Márquez, donde habla de la vocación musical de Pablo, “una casa ambulante, sin puertas ni ventas, donde sólo se habla el lenguaje de la música”. Logró dúos memorables con Fito Páez, Tania Libertad, Charly García, Armando Manzanero, Joaquín Sabina, Francisco Céspedes y Fher, entre otros.

En 2008 estremeció el mundo de la música con el álbum “Mas allá de todo” junto al pianista cubano Chucho Valdés, donde grabaron 10 temas con letras de Milanés y melodías de Valdés: “La cita”, “Distancias”, “Choteo” (término cubano que designa la capacidad de burlarse de lo trágico, reírse de las penas). Fue catalogado por los músicos del feeling, el jazz y la trova: como una joya, diseñada solo con la voz y piano.
La Academia Nacional de las Artes y las Ciencias de la Grabación de EEUU ha reconocido en tres ocasiones el trabajo artístico de Pablo Milanés. Le confirieron el Grammy Latino 2006 al Mejor álbum cantautor “Como campo de maíz”. Ese mismo año le reconocieron por su trabajo “Líneas paralelas” como el mejor álbum Tropical Tradicional, al lado del sonero de Trastalleres, Andy Montañez . Y en 2007 lo recibió por su producción “Regalo” producción que contiene el éxito “Matinal”.
Quizá la canción que represente su pasaporte más universal sea “Para vivir” de infinitas versiones:

“Muchas veces te dije
que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien”.

Esa canción representa algo similar al “Caballo viejo” para Simón Díaz” o “Cantares” para Joan Manuel Serrat: es un icono sonoro, su alter ego musical.

Con 45 álbumes publicados, Pablo Milanés sigue muy activo, en constantes giras por el mundo. Recién publicó su álbum “Amor de otoño” y ya anunció su tour mundial homónimo.

En la actualidad su tiempo lo divide entre España y Cuba. En Galicia, nació su actual esposa Nancy Pérez, allí tienen una hermosa casa. Con ella se casó en 2005, es historiadora de profesión, tienen unos mellizos. En su amada Habana vieja pasa el resto de su tiempo, admite que no puede alejarse mucho de esa ciudad donde se formó y donde quiere morir. Uno de sus placeres más preciado es caminar por su malecón, recorrer las calles de los barrios que conoció de adolescente, ver sus casonas con colores desvaídos, balcones tapiados, dinteles derruidos, calles anegadas de recuerdos, que encierran su mayor querencia.

Podemos concluir, que el muchacho que nació en las riberas del río Cauto, estará por muchos años en el imaginario de los que al son de trova, aprendieron a amar. Sobre todo, en estos tiempos en que la canción padece una anemia sentimental y sus letras son anodinas. Para vivir por siempre nació Pablo, el hijo predilecto del feeling.



León Magno Montiel 
@leonmagnom 
leonmagnom@gmail.com


Fuente: www.correocultural.com

La Nueva Trova: la nueva América.



El 18 de febrero de 1968, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, agotaron sus canciones en la sala Che Guevara de Casa de las Américas en lo que sería considerado el primer concierto de la Nueva Trova cubana. A partir de esos días, las guitarras han pasado de mano en mano para expresar los dolores más intensos y los sueños más humanos de una mujer, un hombre, un pueblo, un continente. A 40 años de aquel estallido poético una cadena de azares me ha traído el encuentro con dos de los más notables creadores que fundaron este movimiento: Vicente Feliú y Lázaro García. Tras sus recuerdos y empeños está la historia y la eticidad del trovador.

¿Cuándo se conocen ustedes?

Vicente: En un viaje a Cienfuegos, en el año 1970, me hablaron del grupo Los Jaguares y “de un tal” Lázaro García. ¡Mira tú! Pero nos conocimos en 1973, en el segundo encuentro nacional de la Nueva Trova. Cuando Lázaro se apeó con la canción “Carretón”, todo el mundo quedó impactado. Desde entonces fuimos amigos. Recuerdo que en 1974 arranqué con Sara González para su casa, cuando vivía al lado del parque, en un cuartico. Me fui con “La gorda” en tren, a cantar. Ensayamos un día entero con Los Jaguares e hicimos un concierto en el teatro Terry. Yo terminé tirando los espejuelos al público (risas) eso fue la locura.

Lázaro: Yo era profesional de la música, en un grupo beat, que hacía incluso versiones de los Beatles. Se llamaba el grupo Los Jaguares no por la fiera, sino por el Hotel Jagua, pues nació allí. Era la época de los grupos españoles, y los Beatles, Chicago; Sangre, Sudor y Lágrimas, etcétera. Recuerdo que en los años 69 ó 70 montamos “La era está pariendo un corazón”, nos dijimos, “¿a ver qué pasa?” y funcionó perfectamente esa canción de Silvio con un arreglo beat.

Vicente: Ya estaba también el programa televisivo de Silvio, que fue breve, en 1967 pero que dijo al país que había un loco haciendo cosas como nosotros. Y después en los Noticieros ICAIC, aparecen canciones de la trova y sobre todo de la música del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.

Vicente, ¿si Silvio y tú se conocían desde antes, por qué no formas parte del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC?

Vicente: Sería en 1964, que Silvio empieza a hacer canciones en el ejército. En el primer pase que le dan, me llama diciéndome que tenía una sorpresa, y era la misma mía: ya hacíamos canciones. Silvio se desmoviliza y yo entro en la Universidad, en Física. Ya me muevo en el ambiente de la Casa de las Américas, pero en aquel primer concierto que hacen allí Silvio, Pablo y Noel, el 18 de febrero de 1968, yo voy como público. Recuerdo que fue en la Sala Guevara, sentados en unos daditos chiquiticos de madera, sin sonido. Creo que fue sin sonido, pues los recuerdo a los tres sentados en aquellos daditos, y empezaron a cantar ante un público pequeño y muy juvenil. El más viejo era Pablo y tendría 25 años, Silvio 22 y Noel igual, estábamos entre 20 y 25 años. Terminaron el concierto, fueron hacia el fondo, la gente aplaudiendo, volvieron a salir, saludaron, aplausos, la gente pidiendo otras, y así, hasta que dijeron: “Miren, se nos acabaron las canciones (risas); o empezamos otra vez el mismo concierto o invitamos a otros trovadores que están aquí, que conocemos”; Fue entonces que cantamos Eduardo Ramos, Martín Rojas y yo.

Cuando me voy de la Universidad, en 1969, ya había empezado el Grupo de Experimentación. Recuerdo que Leo Brower le hizo un arreglo a un tema que yo le había compuesto con versos de Javier Heraud y él me invita a que vaya de oyente. Cuando llego estaba Leo hablando del contrapunto trocado y yo, que no sabía ni qué cosa era el solfeo, no entendía de aquello ni papa. Y así, seguí muy cerca, pues ya era amigo de toda la tropa, pero no integré el grupo. Sin embargo, sí di clases con Juan Elósegui, que fue uno de los tres profesores que tuvo el Grupo. Fue quien primero nos busca para enseñarnos. Fue algo increíble, parece ficción. Nos va a buscar a la casa de Silvio, en la calle Gervasio. Recuerdo que estábamos Belinda Romeu, Silvio y yo. Tocan a la puerta y al abrirle, el hombre preguntó directo: “¿Tú eres Silvio, verdad?, y tú ¿Vicente? Bueno, yo soy Juan Elósegui, violista de la Orquesta Sinfónica y autor de los libros de solfeo que se dan en los conservatorios. Yo necesito darles clases a ustedes para que sepan lo que ustedes han hecho hasta ahora.” Y empezó, por su cuenta y riesgo, en su casa a principios de 1969. Y después, Leo lo llama a él para formar el Grupo. Entonces, yo no integro el grupo pero estoy muy cerca de ellos.



Háblenme de ese período tan épico de los trovadores en Angola.

Vicente: Lázaro fue como radista de una unidad de Lucha Contra Bandidos, no fue como trovador. Estuvo en unidad de combate, hasta le cayeron a tiros. Nosotros, Silvio, el Mago (José Álvarez Ayra), el grupo Los Cañas, Manguaré y yo, fuimos movilizados para ir a cantar en los frentes de combate, esa era nuestra misión.

Lázaro: A mí me llaman a la casa a las dos de la mañana y me mandan al Escambray, a una zona detrás de Trinidad a hacer el entrenamiento. Me encuentro allí con el general Orlando Lorenzo Castro (Pineo) comandante, jefe del primer regimiento de Lucha Contra Bandidos. Él me conocía de cuando el servicio militar, sabía que yo tocaba en un combito, y cuando me ve, sin la guitarra me envió con su chofer: “Ve a la casa, y trae la guitarra que tú tienes que alegrarle allí la vida a los guardias; esa es una función muy importante.” Y gracias a él, la guitarra me acompañó en mi vida de soldado. Una cosa curiosa, mis canciones de Angola no reflejan la épica, sino la existencia del soldado como ser humano, el desgarramiento del ser que se separa de su patria, con todas las vicisitudes, los descubrimientos, las tristezas, de ahí canciones como “Querida vieja”, “Al sur de mi mochila”, “Adiós mujer que pasó”, el amor, las penas, las ansias. Es que Angola fue nuestra Sierra Maestra, nuestro Girón. Y yo no creo que el trovador tenga la vocación de guerrero ni mucho menos; todo el que trabaja en la zona de los sentimientos del hombre está muy lejos de la guerra, de lo sangriento y lo cruel que puede ser una guerra, sin embargo, nos parecía que era un deber elemental formar parte de una experiencia vital que te le ponían en la mano y ninguno de nosotros quería desperdiciar esa oportunidad, aún con miedos, con esa disyuntiva que se te plantea al saber que podías o no volver. Tuve la suerte de actuar con el grupo Escambray, con Silvio, con Vicente, con Los Cañas. Hicimos miles de actividades que nos enriquecieron mucho.

La guerra en Angola, después que los surafricanos fueron retrocediendo, se convirtió en irregular. No había prácticamente encuentros frontales de grandes unidades; se convirtió en una guerra de emboscadas y el principal peligro estaba en viajar. Y lo que más hicimos, con la brigada artística fue eso, viajar. Y mira tú, quizá como reflejo, porque no fue a ex profeso, lo que me pedía el cuerpo, era cantarle, desde el soldado que está cumpliendo una misión, a los sentimientos, por ello canciones como “Si de tanto soñarte” no es asociada a aquel momento épico.

Estuviste en fuertes combates.

Lázaro: Sí, caí en dos emboscadas donde mataron gente, vi compañeros heridos a mi lado, y lo de mi herida (ríen)… después que llegué a la cuneta tras la sorpresa de mi primera emboscada, me vi ensangrentado; y me dije, “Hasta aquí. Pero, ¿no dicen que el tiro que te lleva no se siente?...” (risas) y entonces me di cuenta de que con el AK, como fui arrastrándome por la carretera hasta alcanzar la cuneta, me hice la herida, en el nerviosismo, arañando el pavimento; esa era la sangre en las manos.

Y en tu caso, Vicente, ¿cómo llegas allá?

Vicente: A partir de que Fidel habla en el Congreso del Partido, ya era un secreto a voces que estaban los cubanos peleando en Angola. Y nuestra generación dijo “esta es la nuestra, la que nos toca”. Entonces, voy a ver a un socio mío que trabaja con Raúl Castro y le dije que me quería ir a Angola. Y él me dijo, —muchacho, si Raúl tiene puesto un cartel en la puerta que dice “el que venga a hablarme de Angola, métanlo preso unos días y suéltenlo después” (risas). Todo el mundo quería irse a Angola. Entonces me aconsejó: —Busca otra vía como periodista o trovador, porque como guardia nadie va a mandar para allá a alguien que ni pasó el servicio por cegato.

Un día, quizá a inicios del 76, iba con Silvio para San Antonio. En el camino le cuento a Silvio que estaba haciendo gestiones para irme a Angola. Me dijo: —Eres el tercer trovador que sé que está en esa. Hice un silencio y le pregunté: —Aparte de tú y yo, ¿quién es el otro? Y contestó: —“Pablo”.

Pablo Milanés hizo la gestión con Haydée y le dijo que no. Ella era del criterio de Ho Chi Min, “hay que salvaguardar los artistas”. Con todo lo que pasó Haydée y cómo valoraba ella el arte latinoamericano, pues… de ninguna manera. Te digo esto porque es interesante la actitud. Nosotros habíamos cantado a la lucha armada, al Che, a la liberación de América Latina, y era el momento de asumir las canciones, de defenderlas con actos, de ser consecuentes, con ellas, con nosotros mismos, con lo que habíamos cantado.
Lázaro: Es que éramos de la canción llamada protesta, política, y que hacíamos contra los gobiernos de las dictaduras en el continente, contra la guerra en Vietnam, en fin, contra el imperialismo. Y nosotros mismos nos cuestionábamos: desde aquí, denunciar, cantarle al Che, al combate por la vida, es un chiste, porque no hay ningún peligro; tenemos en la mano la revolución, que podíamos criticar, y lo hacíamos, pero en todo el caso los riesgos eran nada; y Angola era la oportunidad de ser consecuentes con lo que decíamos.

Vicente: Era el momento, la oportunidad, para nosotros —que éramos también los criticones—, de decir con acción: estamos dispuestos a defender la Revolución donde sea, en el mundo entero. Y esa es la actitud que tuvimos, la que hemos tenido todos los trovadores, desde el siglo XIX. En aquellos años nos íbamos a las fábricas, escuelas, unidades militares, a veces hasta cortábamos caña y después cantábamos. Y eso era día tras día, yo estuve sacando la cuenta, y en Angola, Silvio, el mago y yo, en unos cinco meses, o sea, más o menos 150 días, unas 300 ó 400 actuaciones. Nos movíamos en un jeep, en una BTR en lo que fuera y pa’lante. Y de todas aquellas actuaciones yo recuerdo que solo dos fueron con audio.

En el anfiteatro de Dinge, en Cabinda, tenían un anfiteatro hecho de bambú, en aquello que no era selva, era la jungla. Un lugar donde los tanques tropezaban con los bejucos, y allí hicieron un anfiteatro de bambú, a machete, y tenía hasta camerinos. Y claro que sin audio, y tocamos para 500 personas. Y así actuamos, Silvio, el Mago y yo.

Lázaro: Por cierto que con el mago, los angolanos se quedaban fascinados, lo tomaban por un brujo, de poderes sobrenaturales.

Vicente: Hay una anécdota muy buena con él. Nosotros actuábamos también para los prisioneros enemigos. Después de una actuación del Mago, los presos de la UNITA hablaron hasta por los codos. Cuando aquellos prisioneros vieron a aquel tipo apareciendo y desapareciendo cosas dijeron: “Coño, pa’l carajo” y del susto dijeron hasta lo que no sabían. (risas)

El 30 de noviembre se celebró el aniversario 35 de la fundación de la Nueva Trova, como movimiento reconocido, en el evento “Una guitarra, un buen amor”; más de 12 horas de descargas en la calle 23 y la Universidad de La Habana. Luego, en Manzanillo, el Festival Carlos Puebla, recordó también aquel momento de fundar. Publicaciones como El Caimán Barbudo, Dédalo, o el periódico Juventud Rebelde, han dedicado varios artículos al estado de la trova y su importancia para el enriquecimiento espiritual de la nación.

Vicente: Yo creo que hay una nueva generación de trovadores que están cantando con las herramientas, con los hierros, de los tiempos que les ha tocado vivir. En la mayoría de ellos con el compromiso ético ancestral del trovador cubano, del decimonónico libertario, del trovador independentista, del trovador guerrero. Y creo que hay una cantidad de gente extraordinaria. En tu casa, justamente, veíamos esta idea maravillosa de Pavel Poveda, que es uno de esos nuevos que tiene unas canciones tremendas, de hacer los conciertos en el centro hispanoamericano y grabarlos, en ese espacio llamado “Verdadero complot”; lo cual reedita la idea maravillosa de Víctor Casaus en el Centro Pablo de la Torriente Brau. Víctor, que es uno de esos trovadores que perdió la guitarra en el camino. Yo dije una vez que el trovador no solo era inmortal, sino que además era inmatable. La cultura cubana lleva en sus más acendradas raíces, el canto de los trovadores. No te olvides que “La bayamesa” es de 1851 y aquellos tres jóvenes trovadores y poetas, José Fornaris, Castillo y Carlos Manuel de Céspedes, fueron después esencia misma de la independencia cubana. O sea, que la trova nuestra surge paralela, cuidado no antes, que la identidad cubana; o sea, tú no puedes hablar de la nación cubana sin la trova cubana. Yo no me canso de decirlo, sobre todo a los más jóvenes trovadores porque de eso se trata, de que el trovador se la juega; dondequiera que esté.

Lázaro: Hay como una espiral en el tiempo. Nosotros, en el disco El agua que bebimos acudimos a aquella trova tradicional, y ya vamos teniendo suficiente edad para que los trovadores que van llegando beban de la fuente nuestra. Es que toda es la misma trova, solo que la nuestra fue marcada como “nueva” quizá por las circunstancias en que salió. Una revolución que nacía conmocionando al continente; éramos muy jóvenes envueltos en aquellos acontecimientos estremecedores, un tiempo de transformación; nos movimos en una marea de cambios, de dudas, de sueños, y eso nos ayudó mucho. Fuimos parte del alumbramiento de la Revolución Cubana. Y claro que lo hicimos inocentemente, nadie de los que hacíamos canciones sabía adonde irían a parar, eran las canciones urgidas por los sucesos que protagonizamos, muy naturalmente, sin darnos cuenta. La vida se encargó después de decir que era un movimiento generado por una convulsión política.

Los 60 fueron los años de la guerrilla latinoamericana, de un mundo nuevo inspirado en la Revolución Cubana. Estos son días en que se gesta un nuevo movimiento de luchas e integración de nuestros pueblos, solo que por otras vías. Telesur, libros del ALBA, y otros proyectos culturales aceleran ese intercambio que parte de la alfabetización y la salud para todos. ¿No estaremos viviendo otra especie de vuelta sobre el mismo hecho? 

 Vicente: Desde mediados de los 80 se acabaron las dictaduras latinoamericanas y llegaron las “democracias”, y mucha gente pensó que esta canción ya no tenía razón de ser. Los pilares de entonces, los de mi generación, en el continente, tuvieron como que el reposo de los guerreros, retomando fuerzas y en los 90 volvieron a arremeter con otras canciones nuevas, con otras canciones viejas, y empezó a aparecer una generación de cantores como los Negro y Blanco que hicieron un bojeo total por Bolivia; el Gabo Zequeira, por ejemplo, que no estuvo en la guerrilla; pero estuvo al lado de las madres de la Plaza de mayo; estuvo en diciembre de 2001 en la calle en las broncas que hubo en la Argentina y a partir de ahí empezó a hacer canciones. O sea, que es un canto que nace del parto revolucionario. Es un canto que nace de la vida, y la vida está resurgiendo en la América Latina. Después de Alí Primera como que no hubo más, y ahora hay una hemorragia de cantores en Venezuela. En Bolivia también, en Nicaragua están cantando gente nueva también. No se puede hablar de la Revolución del Frente sandinista sin hablar de Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy; es como hablar de la Revolución Cubana sin hablar de Carlos Puebla. Quizá por eso a mí se me ocurrió inventar esa entelequia rara que se llama “Canto de todos”, tratando de emplear esa experiencia que tengo, —ya que soy muy conocido y, por suerte, no famoso— recorriendo nuestros pueblos buscando a los jóvenes, a los que me les puedo acercar, se pueden acercar a mí, pues puedo hasta cantar en lugares pequeños, cosa que no pueden hacer Silvio y Pablo; aunque quieran, no pueden. Les voy contando lo que ha sido para nosotros y para la historia americana el trovador. Qué fue Violeta Parra, que fue Víctor Jara, Benjo Cruz, Jorge Salerno… Entonces esa ética es la importante. Las sociedades se pueden joder, las revoluciones se pueden caer, volver a levantarse; pero la memoria es la que no se puede perder. Esa memoria ética del trovador, que canta pese a todo, es la que yo he tratado de transmitirles a esos muchachos. Y muchos de ellos, lógicamente, tienen como referencia de revolución a Cuba y la Nueva Trova. Porque, además, nosotros les cantamos, en aquel momento, a los problemas que no se han resuelto, ni en Cuba ni en América, ni en el mundo, al contrario, en muchos casos se están agravando más y de pronto esas canciones parece que se hicieron ahora mismo. Somos inevitablemente un referente.

Teniendo en cuenta que Silvio y Pablo son como los mayores íconos de ese movimiento: ¿podríamos decir que esas tergiversaciones, manipulaciones y hasta falsas noticias o apócrifos que riegan los grandes medios masivos, cada vez más intensos contra ellos, obedecen precisamente a la intención de atacar a los trovadores para destruir el símbolo de unión de los pueblos que significan las canciones de ustedes?

Vicente: Por supuesto, ahora está circulando un chiste de unos chilenos de que Silvio iba a irse a vivir indefinidamente a Chile por razones descabelladas… un chiste que hicieron el día de los inocentes y lo curioso fue que lo hicieron en “Nuestro canto”, que es un portal de la nueva canción chilena. Silvio lo desmintió, lo desmentí yo a medio mundo que me escribió con asombro. Asimismo están manipulando el hecho de que Silvio, después de estar 15 años en la Asamblea Nacional, pidió su liberación para poder trabajar en su obra, pues le queda muchísimo por hacer y, por ley natural, le queda muchísimo menos tiempo para hacer. Y tiene prisa por las canciones suyas por grabar, y las que le faltan por hacer. Aparte de empresas tan impresionantes como la gira por las prisiones, que fue algo que comenzamos en los 90, pero se acabó la gasolina y ahora retomamos y seguirá. Déjame decirte que cuando se terminen de editar y se pongan los videos de esta gira se les acaba el trabajo a los descarados disidentes esos que dicen que en Cuba no hay derechos humanos, que los presos pasan hambre, que no tienen atención médica. Les serruchamos el piso con estos conciertos a esos que cultivan el odio y la mentira: ellos tienen que echarle paja a alguien y a quién mejor que a Silvio, que es un símbolo de esta Revolución. A Pablo también le tergiversan cualquier declaración, las sacan de contexto.

Lázaro, en muchos otros aspectos han atacado a Silvio, incluso en relación con la labor que desempeña al frente de los estudios Abdala.

Lázaro: Voy a correr el riesgo porque a Silvio no le gusta, nunca le ha gustado, que sus ayudas, sus colaboraciones, su desinterés se haga público. Lo hace de una manera, incluso a veces fantasmal, para no verse implicado siquiera en la posibilidad de que le agradezcan. Pero yo creo que es necesario que se digan al menos algunas de esas acciones.

Desde que Silvio comenzó a tener entradas económicas por sus canciones y conciertos, por su popularidad, ha estado apoyando, tirando cabos, tanto institucionales como afectivos y son muchas las anécdotas.
Vicente: Un ejemplo al vuelo: los instrumentos de mi primer grupo, los compró él, y cuando abandoné el grupo pasaron a los estudios Eusebio Delfín, de Cienfuegos.

Lázaro: La primera grabadora que yo tuve para trabajar con más facilidad, pues nosotros componíamos a memoria por entonces, me la dio él. Una de las angustias de los trovadores de nuestra generación eran las posibilidades de grabar. Hacer un disco era una hazaña. Las canciones de muchos trovadores viejos, esenciales, se perdieron por no tener posibilidades de grabarles. Cuba siempre fue una potencia en la música popular, pero con la revolución y todas las escuelas, han crecido los músicos por todos los rincones de la Isla, con un nivel académico tremendo. Sin embargo, los estudios en Cuba eran pocos, viejos, con equipamiento obsoleto, en casas adaptadas. Estudios de verdad, con condiciones más o menos, estaban los de la EGREM en la Habana y Siboney en Santiago de Cuba, en el centro del país no había nada. Le expresé esa idea a Silvio de crear un pequeño estudio donde dejar al menos registrada algo de la memoria musical del centro, y enseguida colaboró, económicamente, y moralmente, pues envió cartas a las instituciones para que apoyaran. Donó equipos y tecnología sin que en esto mediara ni siquiera intención de amortizarle o devolverle nada. Es simplemente algo que él consideró y todos consideramos importante y así se hizo el estudio Eusebio Delfín.

Los estudios Abdala, que son los más significativos que hoy tiene Cuba, surgen en una conversación con Fidel, donde Silvio le plantea el interés de que tengamos unos estudios al nivel de nuestro desarrollo musical. Fidel fue muy receptivo. Silvio le dijo que él tenía algunas entradas con las que podría financiar sobre todo el equipamiento técnico. Y tras ese encuentro enseguida se dedicó a concretar aquello. No vamos a hablar de cifras, pero quien tiene idea de unos estudios como esos sabe que son costosos. Y realmente a Silvio hubo que mandarlo a parar, por el monto de sus donativos; no pocas giras hizo en función de recaudar dinero para esos estudios. El propio Comandante le dijo que era abusivo ya el monto de esa donación; de ahí que lo mandó a parar y el Estado concluyó la obra.

A mí me maravillan algunos cables que dicen que esos estudios representan para Silvio entradas millonaria, pues Abdala no se hizo con pensamiento lucrativo, sino para darle cuna tecnológica actualizada a tanta obra buena. Y, por otra parte, desde que se crearon los estudios, lejos de grandes ganancias, siempre han traído pérdidas. Las ganancias han estado en el sentido de la cantidad de creación musical que hemos logrado atesorar en esas grabaciones. Causa risa, pues Silvio ese dinero lo entregó, lo donó, y te puedo decir, ahora que estoy metido al frente de todo esto, que ese dinero no aparece registrado a su nombre en la inversión económica, o sea que es un dinero que no hay que recuperar, no hay intereses, no hay que reponérselo, es su aporte a una obra interesantísima.

Ahora, el regalo que le hacemos a Silvio en el décimo aniversario de los estudios Abdala, es la reorientación de su funcionamiento, ajustarnos más a la génesis. Ya nos habíamos enredado en la creación de sellos discográficos, editoriales, que dispersaban el trabajo y aumentaban los costos. Ahora nos concentraremos en dotar al país de los mejores estudios, mantenerlos en punta tecnológicamente y abrirnos paso con los sellos discográficos cubanos y ante las posibilidades que abre el ALBA para toda esa música por rescatar con la mayor calidad; toda la música folclórica y de los valores culturales de nuestros pueblos. Como se sabe, los estudios de grabación en el Sur están en manos o en función de los monopolios, de las transnacionales del disco y el mercado musical, con sus concepciones lucrativas; y por tanto, las expresiones más auténticas quedan fuera, se extinguen, marginados con todo ese gaseado de idiotez, de música banal que tiene permeado a todos los medios de difusión, incluso a los nuestros en buena medida.

Entonces estamos en condiciones, en este décimo aniversario de Abdala, de amortizarle a Silvio, no el dinero que invirtió, sino el sueño que se trazó, convirtiendo este lugar en un centro importante para el desarrollo de la cultura cubana y de América Latina.


Fuente: www.lajiribilla.cu

En Angola 1976 - Pablo Milanés en un flanco del camino




24 de diciembre de 1976, rumbo a Silva Porto, Frente Sur. Hubo que bajarse del jeep y peinar brevemente la zona. Pablo Milanés en un flanco del camino.(Vicente Feliú)

Fuente: anecdotariodelatrova.blogspot.com

En Angola (1976)




Angola, diciembre de 1976. Silvio, Noel, Pablo y Los Papines junto a varios internacionalistas cubanos. Foto: Vicente Feliú.

Fuente: anecdotariodelatrova.blogspot.com

30.1.14

Trae Milanés su trova a tabasqueños

El cantautor se presentará el próximo domingo 23 de febrero en el Teatro Esperanza Iris.

El cantautor Pablo Milanés, una de las principales figuras de la trova cubana, arribará el próximo domingo 23 de febrero a Villahermosa para presentarse en concierto en el Teatro Esperanza Iris a las 6 de la tarde. Los boletos ya están a la venta.
Durante el concierto, además de interpretar éxitos como 'El amor de mi vida', 'Yo no te pido' y 'Sube al desván', el también guitarrista aprovechará su presentación para dar a conocer su más reciente disco, el cual lleva por nombre 'Renacimiento', y del que se desprenden los siguientes temas: 'En paz', 'Apocalipsis', 'Dulces recuerdos', 'Los males del silencio', 'Homenaje al Changüí', 'Lamento', entre otras.
Cabe mencionar que el cantautor próximamente debutará en el género del rock, del cual ya ha grabado varios temas, y también valora como una fuente de calidad extraordinaria.
  En un próximo disco interpretará temas de los legendarios Crosby, Stills & Nash y de otros exponentes de la música folk y rock de Estados Unidos.